¿Te gustaría disfrutar en tu vivienda de un suelo radiante y una caldera de biomasa? Si buscas información sobre los suelos radiantes, la mayor parte de lo que encuentres estará relacionado con la aerotermia. De hecho, encontrar suelos radiantes en instalaciones de aerotermia es lo más común. Ahora bien, también es posible tener una caldera de biomasa y un suelo radiante.

En qué consiste el suelo radiante

Los suelos radiantes están constituidos por una red de tuberías distribuidas uniformemente bajo el pavimento y por las que circula agua. Están formados por tres elementos fundamentales que son los paneles aislantes, los tubos y el mortero. A continuación describimos cómo están construidos los suelos radiantes.

La primera parte del suelo es el forjado y encima del mismo está el panel aislante. Este tiene unas protuberancias cuya función es favorecer la distribución uniforme de los tubos y, por tanto, obtener la mejor distribución horizontal del calor.

Después de instalar el panel aislante, se coloca la red de tubos de polibutileno por donde circula el agua. Sobre las tuberías se añade una capa de mortero de un espesor mínimo de 3 cm.

Se emplean aditivos para que fluidifique el hormigón y así conseguir cubrir perfectamente los tubos y evitar posibles bolsas de aire que entorpecen la transmisión de calor. La última fase es la colocación del pavimento encima de la capa de mortero.

La red de tubos del interior del suelo está conectada a una serie de circuitos y estos, a su vez, a un colector. Gracias al colector es posible disponer de una válvula de corte y regular el caudal de agua. Tras armar el suelo hay que instalar la caldera de pellets.

Cómo trabaja el sistema de suelo radiante con caldera de biomasa

Los suelos radiantes aportan calor al entorno porque circula agua caliente por el interior de sus tuberías. El agua se distribuye a una temperatura entre 40ºC y 45ºC. Al pasar el agua caliente por toda la superficie del suelo, el calor se distribuye uniformemente por toda la habitación.

La combinación del suelo radiante con la caldera de biomasa tiene un gran rendimiento. ¿Sabes por qué? Empecemos por el principio. Cuando tenemos una caldera de biomasa, lo habitual es que esta vaya unida a radiadores. Estos van soltando calor a las estancias gracias a que por ellos circula agua caliente.

Generalmente, el agua que llega a los radiadores está a unos 60ºC. Por tanto, vemos que cuando hay suelo radiante, la caldera puede trabajar a menor temperatura y lograr menos pérdidas en las redes de distribución.

Al rendimiento también contribuye el hecho de que la caldera de biomasa trabaja con mayor inercia si la comparamos con la aerotermia. Si una bomba de calor aerotérmica deja de recibir electricidad, el agua caliente deja de producirse, aunque las estancias tardan un poco en enfriarse porque el suelo radiante tarda en perder el calor.

En cambio, cuando hay una caldera de pellets esta situación mejora. Aunque apaguemos la caldera, esta no deja de producir calor de forma inmediata y la  combustión continúa, aunque poco a poco se vaya debilitando. Por tanto, la unión de caldera de biomasa y suelo radiante mantiene durante más tiempo el calor en las habitaciones en caso de que los aparatos generadores de energía térmica dejen de funcionar.

Otras ventajas del uso del suelo radiante

Ya vimos en el apartado anterior algunas ventajas del uso de la caldera de biomasa y el suelo radiante en comparación con los radiadores y las bombas de calor. Aquí presentaremos otra ventaja muy importante, que es la transmisión de calor.

Cuando hay un suelo radiante, el calor del suelo al ambiente se transmite por radiación. La radiación es un fenómeno por el cual, cuando hay dos cuerpos colocados en el vacío a diferentes temperaturas, el cuerpo a mayor temperatura emite energía radiante que el otro cuerpo absorbe, con lo cual ambos cuerpos acaban estando a la misma temperatura.

En una habitación real, el suelo radiante emite energía al ambiente hasta que se alcanza la temperatura de equilibrio. Por tanto, cuando la calefacción lleva un rato encendida, todos los objetos de la misma tienden a alcanzar temperaturas similares.

La explicación teórica anterior es una situación perfecta al encontrarse los cuerpos en el vacío. En el mundo real no tenemos aire en el ambiente, por tanto la radiación es menos eficaz.

Cuando tenemos radiadores, el calor se transmite por convección. La transmisión de calor por convección consiste en que el calor pasa de un lugar a otro debido al movimiento del aire. De esta forma, en una casa, el calor va a tardar bastante en llegar a los cuerpos lejanos al radiador.

Detalles para tener en cuenta en la instalación de suelo radiante con caldera de biomasa

Un punto importante que hay que observar desde el punto de vista de la caldera es la pérdida de carga. Cuanta mayor es la longitud de los circuitos, mayor es la pérdida de carga que tiene que superar la bomba de la caldera para lograr una distribución correcta de agua caliente por todos los tubos.

El suelo radiante es el sistema de climatización que ofrece mayor confort, aunque su instalación es compleja. Requiere la planificación de la obra nueva o reforma y espacio para una buena colocación.

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