Las plantas de biomasa tienen muchos dispositivos y máquinas que necesitan funcionar correctamente para que se produzca la energía térmica necesaria. Las operaciones de mantenimiento de una caldera industrial de biomasa y de otros componentes incluyen paradas planificadas, inspecciones y ajustes.
Tipos de mantenimiento de una caldera industrial de biomasa
El mantenimiento siempre está presente en las centrales térmicas de biomasa, pero hay que tener en cuenta que hay varios tipos de mantenimiento. Las clases de mantenimiento de una caldera industrial dependen de cómo se realizan y de la finalidad que tienen. Es por esto que existe al menos estos cinco tipos de mantenimiento: predictivo, correctivo, preventivo, cero horas y en uso.
Los definimos en la siguiente lista:
- Mantenimiento preventivo: se trata de las revisiones periódicas de los equipos.
- Mantenimiento correctivo: corregir cualquier deficiencia de los equipos.
- Mantenimiento predictivo: su objetivo es observar el estado de los equipos mediante aplicaciones informáticas con el fin de detectar un desajuste o mal funcionamiento.
- Mantenimiento cero horas: se hace dejando los equipos a cero horas de funcionamiento.
- Mantenimiento en uso: es el tipo de mantenimiento que se realiza sin paralizar la instalación.
Algunos equipos de las plantas de biomasa tienen que cumplir normas de mantenimiento que exige la administración competente. La Administración exige la realización de mantenimiento y revisiones periódicas por parte de una empresa certificada. El mantenimiento más frecuente se realiza en los equipos que trabajan a presión, como las calderas industriales de biomasa, instalaciones contra incendios, tanques de almacenamiento o torres de refrigeración.
Normas de mantenimiento en las plantas de biomasa
El mantenimiento de una caldera de biomasa en una planta tiene que regirse por el Real Decreto que mostramos a continuación.
Real Decreto 809/2021, de 21 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de equipos a presión y sus instrucciones técnicas complementarias
El artículo 6, comprendido en el Capítulo III, nos dice lo siguiente sobre las inspecciones periódicas:
- Todos los equipos a presión de las categorías I a IV a que se refiere el artículo 13 y anexo II del Real Decreto 709/2015, de 24 de julio, o asimilados a dichas categorías según el artículo 3.2 del presente reglamento, se someterán periódicamente a las inspecciones y pruebas que garanticen el mantenimiento de las condiciones técnicas y de seguridad, necesarias para su funcionamiento.
- Las inspecciones deberán acreditar unas condiciones de seguridad y de resistencia adecuadas y podrán incluir la realización de comprobaciones, inspecciones con ensayos no destructivos, pruebas hidrostáticas u otras pruebas sustitutorias. En estas inspecciones, se incluirán la totalidad de los componentes asociados al equipo.
- La usuaria o usuario dispondrá los medios materiales y humanos necesarios y la preparación de los equipos o instalaciones para que estas inspecciones o pruebas se realicen en condiciones de seguridad.
- Las inspecciones periódicas serán realizadas por una empresa instaladora de equipos a presión, o por un organismo de control habilitado.
- En el anexo III de este reglamento, se establecen los plazos de inspección, los agentes que deben realizarlas, así como los niveles de inspección con el alcance y condiciones de las mismas.
- Los plazos de inspección deberán considerarse como máximos, debiendo disminuirse si el organismo de control habilitado considera que el estado del equipo lo requiere. En este último caso, deberá notificarlo al órgano competente de la comunidad autónoma.
- Estas inspecciones periódicas se efectuarán en presencia de la usuaria o usuario, extendiéndose el correspondiente certificado de inspección, de acuerdo con el contenido mínimo indicado en el anexo IV de este reglamento, quedando el original en poder de la usuaria o usuario y una copia en poder de la entidad que haya realizado la inspección, quienes la conservarán a disposición del órgano competente de la comunidad autónoma.
- Todos los equipos a presión que deban someterse a inspecciones periódicas, dispondrán de la correspondiente placa para anotar las inspecciones periódicas.
- Cuando el agente que realice la inspección detecte un riesgo grave e inminente deberá paralizar la instalación y notificarlo de forma inmediata al órgano competente de la comunidad autónoma.
- Una vez subsanada la deficiencia podrá ponerse en servicio el equipo a presión o la instalación, previa notificación al órgano competente de la comunidad autónoma por parte del agente que realizó la inspección.
- Las inspecciones se realizarán siguiendo los procedimientos establecidos en la serie de normas UNE 192011 u otras normas de seguridad equivalente, en todo lo que no contradiga al presente reglamento.
Mantenimiento de otros dispositivos de la planta de biomasa
Además de los equipos a presión, como las calderas, hay otras partes del sistema que es necesario mantener y reparar. Algunas de ellas son los tubos, las bombas, los canales de descarga, tolvas, sinfines, suelos, áreas de carga, cintas transportadoras y tanques de aspersión contra incendios.
Con el tiempo, las bombas y los tubos presentan problemas de erosión, corrosión y ataque químico. Para reparar esto son necesarias pastas, reconstrucción de metales y otras protecciones en las tuberías.
Las cintas transportadoras de biomasa pueden sufrir rasgaduras, daños en listones y roturas. La reparación de estas cintas se realiza soldando partes del material del que están construidas las cintas en el lugar dañado.
Los canales de descarga, las tolvas y los sinfines suelen presentar problemas de pérdidas de material durante el transporte y el procesamiento de materiales duros. Estos daños pueden repararse soldando trozos de metal o con pastas de relleno, dependiendo de la naturaleza de los materiales originales.
Los tanques de aspersión contra incendios tienen a largo plazo corrosión, reducción del espesor y perforaciones en las paredes. Las soluciones a estos problemas pueden pasar por los parches de materiales de pasta, soldadura de placas en frio y revestimiento interno para proteger contra la corrosión.
También hay que prestar atención a los suelos, ya que son los más afectados por las fluctuaciones climáticas, las cuales pueden dañarlos, así como también las estructuras de hormigón. Otros problemas son los fallos en las juntas, los impactos, los ataques químicos y las zonas resbaladizas. La solución a estos son las aplicaciones antideslizantes de gran resistencia en suelos, restauración del hormigón, nivelación del mismo, señalizaciones de seguridad, reparación de depósitos de contención y juntas de expansión.