Uno de los elementos menos conocidos de las instalaciones de calefacción son los depósitos de inercia. Con este artículo vamos a conocerlos más. Veremos qué es un depósito de inercia, cuándo se utiliza y las ventajas de su uso. Antes de todo esto comenzamos por el principio, definiendo qué es la inercia térmica.

¿Qué es la inercia térmica?

La inercia térmica es una propiedad de los materiales. Indica la cantidad de calor que pueden absorber y la velocidad con la que ganan calor o pierden calor. Un material con mucha inercia térmica necesita mucha energía térmica para aumentar su temperatura. Con los objetos, la inercia térmica depende de la masa, del coeficiente de conductividad térmica de los materiales y de su calor específico.

En todas las casas podemos ver esto. Cuando el radiador está aportando calor a  las habitaciones, los muebles se calientan. Al dejar de recibir calor, habrá algunos muebles que tarden poco en perder el calor y otros que tarden mucho. Cuanto más retienen el calor, más inercia térmica tienen.

¿Qué es un depósito de inercia?

Los depósitos de inercia, a simple vista, son bidones grandes que se usan para que los arranques y paradas de la instalación no afecten a la caldera.

El depósito de inercia se utiliza como acumulador de calor para instalaciones grandes de agua caliente sanitaria o para sistemas de calefacción.

Consideraciones sobre los depósitos de inercia

Como señalamos en el apartado anterior, un depósito de inercia protege las calderas de los arranques y los paros, lo cual aumenta su vida útil y favorece un consumo menor de energía.

Antes de instalar un depósito de inercia hay que elegir uno con las dimensiones adecuadas. Si el depósito elegido es pequeño, provocará arranques frecuentes y mayor consumo de energía. Se recomienda entre 15 y 30 litro por kilowatio según el tipo de instalación, aunque lo mejor es consultar con el fabricante.

Los depósitos de inercia pueden ser de dos tipos: solo para acumular energía o también para producir agua caliente. Estos segundos, además de acumular energía, dan servicio de agua caliente mediante otro depósito interno.

Otro punto importante sobre los depósitos de inercia es que se adaptan a cualquier equipo, ya que son válidos para instalaciones de aerotermia, calefacciones con calderas de biomasa y otras instalaciones con otras fuentes de energía y modos de funcionamiento.

Cuándo es necesario instalar un depósito de inercia

Cuando se instala una caldera de biomasa no siempre es necesario instalar un depósito de inercia. Este es necesario cuando la caldera no es capaz de asumir las variaciones en la demanda de calor.

Existen momentos en los que se necesita mucho calor y otros en los que no hay demanda. Además, la caldera de biomasa no es tan rápida en calentar y llegar a la temperatura deseada.

En estos casos se pueden instalar depósitos de inercia. Esto no es habitual que ocurra en un domicilio particular sino en lugares con hoteles, empresas o comunidades de vecinos.

Ventajas del uso de depósitos de inercia

Algunas ventajas de instalar depósitos de inercia en las instalaciones de calefacción son las siguientes:

  • Acumular energía residual procedente de la caldera. Este calor residual se produce porque se sigue quemando combustible una vez que ha finalizado la necesidad puntual de energía.
  • Disminuir desequilibrios hidráulicos entre generadores y circuitos.
  • Asegurar un caudal constante de agua durante los picos de consumo.
  • Reducir la potencia de la caldera, ya que se guarda calor en el depósito para posibles demandas altas de energía.
  • Mejorar la eficiencia y durabilidad de las calderas disminuyendo el número de veces que se arranca y se para.

En definitiva, gracias a los acumuladores de inercia se obtiene la mayor energía posible al arrancar la caldera. También se mejora la eficiencia y, al acumular el calor residual, hace que disminuya el consumo de combustible. Todo lleva consigo un ahorro en consumo de agua, de energía y de dinero.

Los depósitos de inercia de Lasian

Lasian fabrica tres tipos de depósitos de inercia:

  • Inerplus de 30 a 100 litros: tiene tres tomas a diferentes alturas para sondas de temperatura, presión de trabajo de 6 bar y clase C de eficiencia energética.
  • Inerplus de 200 a 1000 litros: tiene tres tomas a diferentes alturas para sondas de temperatura, cinco conexiones para entradas y salidas, presión de trabajo de 3 bar y clase B de eficiencia energética.
  • Inerplus ACS de 300 a 1000 litros: se trata de un depósito con serpentín de tubo corrugado, con gran superficie de intercambio para producir ACS. Su presión máxima de trabajo son 3 bar y su clase de eficiencia energética es B.

Los depósitos de inercia de Lasian están fabricados en acero. Destacan por su gran aislamiento rígido desde 75 mm hasta 125 mm según el modelo. Tienen el exterior forrado con tele sintética resistente al calor. Si quieres conocerlos mejor, te dejamos el enlace al principio de este párrafo.