Hay muchos tipos de calefacción que pueden instalarse en todas las construcciones. Si te preguntan cuáles son, quizá lo primero que pienses es en nombrarlos en función del combustible que utilizan. No obstante, hay más formas de clasificar la calefacción.

Tipos de calefacción según el combustible utilizado

Comenzamos describiendo las clases de calefacción que presentan los edificios teniendo en cuenta el combustible que alimenta la instalación.

Calefacción con gas natural

Se trata de calderas que funcionan con gas natural canalizado, por esto es el suministro más fácil en ciudades que tienen las tuberías de gas ya instaladas, el cual llega directamente a los edificios. Es muy cómodo porque no se necesitan depósitos de almacenamiento ni espacio para botellas.

Calefacción con propano

Las calderas de las calefacciones de propano son muy parecidas a las calderas de las calefacciones de gas. Las diferencias entre ambos tipos de fluido calefactor son el poder calorífico y la forma de suministro. Hay tres formas de suministro de propano: en botellas, en tanque o canalizado.

Los depósitos o tanques de propano se usan en viviendas aisladas. Cabe más gas que en las botellas, por tanto se reponen con menos frecuencia. El inconveniente es que el depósito ocupa más espacio, ya que la normativa obliga a que a su alrededor exista un espacio protegido por una valla, que varía en función de la capacidad del depósito.

Existe también el propano canalizado, el cual se utiliza en urbanizaciones y localidades a las que no llega la red de gas natural.

Calefacción de gasóleo

La calefacción de gasóleo es frecuente en comunidades de vecinos donde se usa calefacción central. Se necesita un depósito que puede ser de 1000 litros o de mayor capacidad. Por ello se requiere un espacio adicional debidamente protegido al que solo puedan acceder instaladores profesionales.

Aunque quisiéramos colocar calefacción de gasóleo dentro de las viviendas sería imposible debido a su olor. Además, es bastante más contaminante que el gas natural.

Calefacción utilizando biomasa

La calefacción de biomasa tiene diversos aparatos que cambian en función del combustible que se utiliza. Hay varios tipos de combustibles biomásicos como los pellets de madera, el hueso de aceituna, la leña, las astillas de madera, las cáscaras de frutos secos, etc. Incluso se pueden encontrar aparatos calefactores que son policombustible y pueden utilizarse con más de uno de los combustibles mencionados.

Los dispositivos de calefacción pueden ser calderas, estufas o chimeneas. Las calderas tienen la misma función que las descritas en apartados anteriores, solo que son más grandes porque suelen llevar dentro una tolva y un sinfín donde hay que echar el combustible.

Las calefacciones de biomasa necesitan disponer de un almacén medianamente grande para almacenar el combustible. Es mejor que este almacén no esté dentro de la vivienda porque se genera mucho polvo.

Calefacción utilizando energía solar

En cuanto a la energía solar, debemos diferenciar entre energía solar térmica y fotovoltaica.

La energía solar térmica consiste en que el sol calienta el agua que se utilizará para la calefacción. Este suministro no va a ser suficiente para las necesidades de cualquier vivienda, y menos en invierno. Sí es un sistema que ayuda a ahorrar en el consumo de los otros tipos de suministro energético.

En el caso de ser usuarios de energía solar fotovoltaica, se puede conseguir ser autosuficiente para conseguir agua caliente para consumo, pero dependeremos de algún otro equipo para calefacción.

Por tanto, la energía solar es un apoyo y no podemos considerarlo como suministro único.

Calefacción eléctrica

La calefacción eléctrica es la más limpia de las existentes porque no usa combustibles fósiles ni tampoco necesita salida de humos. Tenemos dos tipos de calefacciones eléctricas: la caldera eléctrica propiamente dicha y la bomba de calor.

La caldera eléctrica de toda la vida tiene un consumo de electricidad elevado, por tanto la potencia contratada también será elevada. Esto encarece el sistema, porque no se paga solo el consumo, sino también un término fijo que depende de la potencia contratada. A mayor potencia, más costoso es el término fijo.

La bomba de calor para aerotermia o geotermia es un equipo dentro del suministro eléctrico. Su consumo es menor que el de la caldera eléctrica clásica, lo que quiere decir que es más eficiente.

Por cada Kilowatio de electricidad consumido, esta bomba de calor es capaz de producir 4 kW de energía térmica. Por cada kilowatio consumido en la caldera eléctrica, sin embargo, no se llega a generar 1 kW.

Tipos de calefacción según el número de usuarios a los que va destinada: Calefacción central y calefacción individual

La calefacción central se basa en un sistema en el que existe una caldera grande que sirve para calentar todas las casas de una o varias comunidades de vecinos. En cada una de las viviendas no hay caldera, solo un acumulador de agua caliente sanitaria.

En los sistemas de calefacción individual cada vivienda tiene su caldera y por lo tanto no existe una caldera central común. Las calefacciones centrales se han utilizado mucho con gasoil que hay que ir recargando. Las calefacciones individuales, en cambio, son muy frecuentes cuando se usa gas natural, biomasa o sistemas eléctricos.

Tipos de calefacción: sistemas activos de calefacción frente a sistemas activos

Según esta división, los sistemas pasivos son más cómodos para el usuario que los activos. En la calefacción pasiva, el usuario solo se tiene que ocupar de que funcione y no hay que estar al tanto de recargar combustible.

Ejemplos de sistemas pasivos son las calefacciones eléctricas y las calderas de gas. En estos no hay que hacer nada, solo conectar las calderas a la red eléctrica o a la red de gas respectivamente.

Los sistemas de calefacción activos son los que usan biomasa y combustibles fósiles. Lo que requiere estar más pendiente es la biomasa porque se trata de calefacciones individuales y los usuarios no tienen espacio en casa para almacenar grandes cantidades de estos materiales.

Es distinto el caso de las calderas de gasoil porque son grandes y se puede almacenar mucho combustible en la calefacción central, por lo que no hace falta ir cargando con frecuencia.

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